Envías mensajes de texto, participas en juegos, compartes fotos y videos. Actualizas tu estatus o dejas tus comentarios en una red social, tal vez pasas algo de tiempo en un mundo virtual. Estar en internet forma parte de tu vida.
Estar en internet – conectado a través de algún tipo de aparato – forma parte de tu vida. Y como cada vez pasas más tiempo conectado, puede ser fácil que compartas demasiada información, te expongas a situaciones que te avergüencen, dañes tu computadora y recibas mensajes de gente rara. La verdad es que socializar, jugar y comunicarse en línea implica algunos riesgos.
Aunque tus dedos viajen a alta velocidad por el teclado de tu computadora, teléfono o tablet, la mejor herramienta para evitar los riesgos cuando estás en línea es tu cerebro. Cuando estés listo para subir una foto o enviar un mensaje, antes de descargar un archivo, juego o programa, o cuando estés a punto de salir de compras en internet—para un segundo. Piensa:
- ¿Conoces y confías en la persona con la que estás tratando—o en lo que estás compartiendo o descargando?
- ¿Cómo te sentirás si tu información termina en un lugar que no te proponías?
Te puedes proteger si empiezas por hacerte unas pocas preguntas, y al mismo tiempo puedes proteger a tus amigos y tu computadora.