Demuestra lo que pasa cuando alguien solicita una tarjeta pre-pagada sin primero consultar los costos.
Transcript
A David, no le gustaba llevar dinero en efectivo después del día de cobro. Buscaba otra manera de pagar sus compras, pero no quería una cuenta bancaria, o una tarjeta de crédito. Entonces, David decidió que una tarjeta pre-pagada era la solución. Él podía agregar dinero a la tarjeta, y después usarla para comprar cosas.
David vio varias tarjetas pre-pagadas en una tienda, escogió una que fue recomendada por su cantante favorito. Puso 200 dólares en la tarjeta y se fue de compras.
Cuando David revisó su saldo unas semanas después, se sorprendió. No sabía que había pagado 10 dólares para activar la tarjeta, 12 dólares por mes para mantenerla, 3 dólares cada vez que compró algo, 6 dólares para chequear su saldo, 3 dólares para sacar dinero del cajero automático, 4 dólares para recibir su estado de cuenta por correo, 2 dólares para hablar con un representante de atención al cliente, y 3 dólares para agregar dinero a la tarjeta. David puso 200 dólares en su tarjeta, pero solo pudo gastar 157 dólares.
Entonces David hizo un poco de investigación y encontró una tarjeta pre-pagada con cargos más bajos. Se deshizo de la primera tarjeta y la cambió por una nueva, ahora está mucho más feliz.
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