Funcionan de la siguiente manera:
Alguien toca a la puerta de tu casa o te llama por teléfono. Te dicen que pueden reparar una filtración en tu techo, instalar ventanas nuevas o instalar los últimos paneles solares para ahorrar energía. Podrían contactarte después de una inundación, tormenta de viento u otro desastre natural. Te presionan para que actúes rápidamente y te piden que pagues en efectivo o te ofrecen financiación.
Pero luego, salen corriendo con tu dinero y nunca hacen las reparaciones. O hacen las reparaciones mal y empeoran las cosas. Quizás hasta te hacen firmar un acuerdo de financiación malo que pone en riesgo tu casa.
Esto es lo que tienes que hacer:
1. Pisa el freno. Verifícalo. Antes de hacer reparaciones en tu casa, pide referencias y comprobantes de licencias y seguro. Consigue tres presupuestos por escrito. No permitas que comiencen a trabajar hasta que hayas revisado y firmado un contrato escrito. Y no pagues en efectivo, ni con una transferencia de dinero.
2. Pásale esta información a un amigo. Tal vez tú hayas captado las intenciones de estas estafas. Pero es probable que conozcas a alguien que podría beneficiarse de un recordatorio amistoso.
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