Para los estudiantes universitarios y sus padres, pagar la matrícula suele encabezar la lista de tareas pendientes cada semestre. Imagínate recibir una llamada de alguien que supuestamente trabaja en tu escuela, diciéndote que no has pagado la factura. Te amenazan con cancelar tus clases a menos que envíes dinero de inmediato. La llamada puede hacer sonar las alarmas, pero desacelera: podrías terminar pagándole a un estafador en lugar de la matrícula y los cargos reales.