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¿Alguna vez compraste un videojuego, libro electrónico, canción o película para disfrutar en tus dispositivos, ya sea una consola de juegos, tablet o teléfono? En ese caso, es posible que pienses que siempre tendrás acceso a esas cosas. Pero puede que no y aquí el por qué.

Cuando compras un objeto material, lo tienes. Es tuyo. Pero cuando haces clic en el botón “comprar” para adquirir un producto digital, realmente depende de varios factores. Puede que sólo tengas acceso al producto mientras tengas una cuenta activa en la plataforma o sitio web que te lo vendió, o sólo mientras esa plataforma o sitio web siga funcionando. Otro factor es el software Digital Rights Management (DRM), que está vinculado a muchos artículos digitales y es lo que hace imposible, por ejemplo, que juegues a un videojuego en una consola de otra marca.

Otra razón por la que tal vez no tengas el control total de tu producto digital es que lo que realmente obtienes cuando haces clic en “comprar” suele ser simplemente una licencia para acceder al contenido. A menudo, este hecho sólo se explica en la letra pequeña de los términos del servicio, que son unas condiciones que el vendedor puede generalmente cambiar según quiera. Y si el propio vendedor tiene problemas de licencia con el contenido que compraste, entonces tu propia licencia para usar el artículo digital puede perder todo su valor. Todas estas cosas están fuera de tu control.

Así que, la próxima vez que estés a punto de hacer clic en “comprar” un artículo digital, piensa en lo que realmente estás comprando y por cuánto tiempo lo quieres. Puede que el precio te siga pareciendo correcto, aun sabiendo que algún día podrías perder el acceso. De lo contrario, tal vez quieras buscar otras opciones como otro sitio o servicio con condiciones diferentes, o incluso algo que puedas sostener en tus manos.