El robo de identidad le puede ocurrir a cualquiera, incluso a los niños que viven en hogares de acogida. Pero los menores generalmente no tienen informes de crédito, por lo que es posible que ni siquiera se den cuenta de que han sufrido un robo de identidad hasta que solicitan un empleo, una vivienda o crédito. Debido a que los jóvenes en hogares de acogida suelen mudarse con mayor frecuencia y más personas tienen acceso a su información, corren un mayor riesgo de robo de identidad. Entonces, si eres un padre o madre de acogida, un proveedor de servicios o conoces a alguien que vive en un hogar de acogida, sigue leyendo para enterarte de cómo ayudar a proteger a los jóvenes en hogares de acogida contra el robo de identidad.